Detalles del post: Preguntas 23 a 25. Sobre la estructura general del área.

13.01.08


Preguntas 23 a 25. Sobre la estructura general del área.
Permalink por Saravia @ 17:19:33 en Técnicas -> Bitácora: Mundos

Cuestiones relacionadas con la práctica nº 4: Composición: estructura.

Centro de transporte de Anchor Mill, Mecklenburg County, North Carolina. Proyecto de Duany Plater – Zyberk & Company, 1998.

Para definir la estructura urbana de un sector no velen las recetas. Tiene que haber tensión de diseño. Por eso recomendamos leer el capítulo 7 del libro Planes parciales residenciales antes de entrar en estas cuestiones. No obstante, hay cosas que conviene comentar precisamente para poder pensar con más soltura otras propuestas más intensas, que no sean mera repetición de fórmulas mecánicas.

[Mas:]

Aquí nos dedicaremos a cuestiones prácticas bastante elementales. Sirven más de recordatorio que otra cosa. Lo encabezamos con la imagen (un poco rancia) del centro de transporte de un sector residencial americano para insistir en que la ordenación, la estructuración básica de un sector, debe plantearse siempre teniendo en cuenta los elementos exteriores al mismo sector. El funcionamiento del transporte general de la ciudad condiciona decisivamente (es obvio) la estructura del sector. Por eso, la localización de la estación del tranvía es fundamental.

El enunciado concreto de las preguntas es el siguiente: 23) ¿Cómo plantear la estructuración del viario en un sector residencial? 24) ¿Dónde localizar los centros vitales, los principales equipamientos, desde el esquema inicial de ordenación del sector? 25) Indica las cuestiones a tener en cuenta en el planteamiento de los parques y espacios libres públicos como elementos estructurantes.

23) ¿Cómo plantear la estructuración del viario en un sector residencial?

Conviene pensar en ir formando una serie de manzanas (o supermanzanas) que tomen el espacio a ordenar. Sobre el tamaño adecuado, ver apartado 6.3 del libro “Planes parciales residenciales”. Para decidir los aspectos compositivos del viario, ver el post de antesdeayer (“Esquemas de composición”). Pero centrémonos ahora en otros aspectos de la ordenación. Según la legislación, el sistema viario (general y local) debe diseñarse para lograr la mayor accesibilidad, no la mayor velocidad. Y con su diseño se favorecerá el transporte público, los recorridos peatonales y ciclistas; y se procurará reducir el impacto contaminante del tráfico motorizado.

Algunas pautas para su estructuración podrían ser las siguientes. En general, los ámbitos de los planes parciales residenciales deberían constituir paisajes de lentitud, quizá (y sólo quizá) excepto en los contactos con viario especializado de mayor rango. Todas las redes (la rodada, pero también la peatonal o la ciclista) deben ser continuas. En cualquier caso, debe garantizarse la preeminencia del peatón (atención a los cruces), y contar con arbolado sistemático.

Debe preverse espacio suficiente para todos los modos de moverse que se planteen. No seamos despilfarradores, pero tampoco demasiado avaros de espacio. Dar con la superficie y los tamaños adecuados es un arte, y posiblemente dependa de la experiencia. Pero para hacernos una idea, y siempre pensando en un sector de 15-20 has., las vías principales deben tener del orden de 20-25 m. para que no queden ridículas. Pero tampoco es bueno plantear como vías menores otras con 14 m.: muchas veces es excesivo (por supuesto, depende de cada caso). Una cosa importante: la movilidad ciclista y peatonal no es para ocio (o no lo es sólo para ocio): la gente que va a pie o en bici también tiene prisa y le gusta ir por vías rectas, francas, decididas. Hay que plantearse la planificación ciclista integrada (itinerarios, carriles en algunos casos, etc.), en los primeros croquis. Y al pensar en las dimensiones, no nos olvidemos de los aparcamientos que exige la legislación situar en la calle.

Hay que pensar en el transporte público desde el principio. Es verdad que en algunas poblaciones no existe nada parecido al transporte público, pero en las grandes o medias sí, y es un elemento esencial. Al hacer los cálculos de la sección de las principales vías hay que tener en cuenta que el ancho de calzada para que pase un autobús debe ser algo mayor que el habitual. Lo mismo que los radios de giro. también conviene pensar en los lugares más adecuados para las paradas (cada 300-600 m., próximas a los cruces). Precisamente el proyecto que ilustra este post se funda en el Transit Oriented Development (ver libro Planes parciales, páginas 114 y 116). Es un sector de 32 acres (unas 13 has.), con una densidad de 12-18 viviendas por acre (es decir: 29-44 viviendas/hectárea). (Sobre sus autores, ver aquí).

24) ¿Dónde localizar los centros vitales, los principales equipamientos, desde el esquema inicial de ordenación del sector?

La reserva para equipamientos la hemos definido anteriormente. Pero los centros vitales no se limitan a los equipamientos. Es más, en algunos casos la “vitalidad” de una zona depende más bien de la localización de los comercios o de las oficinas, por ejemplo, que de la escuela o las pistas deportivas. Por eso hay que plantearse esta cuestión con cuidado, sin hacerla depender directamente de lo que parece sugerir la ley.

Dicho lo cual, podemos comentar algunos aspectos. Por de pronto, que debe pensarse si, en función de la forma del sector y de las características del entorno (aquí no hay receta posible) conviene más concentrar los centros vitales o distribuirlos en la superficie del ámbito. Lo mismo que también hay que pensarse si interesa más actuar en uno (o varios) puntos, o es preferible distribuir los elementos a lo largo de un eje. Al distribuir las cosas se pierde intensidad (y algunas economías), pero se gana en “difusión” de las ventajas urbanas de estos centros. Un derivado de este debate es el siguiente: ¿conviene llevar al interior del sector estos centros, o es preferible situarlos en los lugares de encuentro con los sectores o barrios adyacentes? Por lo general se suele apoyar esta última idea.

Lo mismo que es preciso garantizar un buen acceso. Si estamos hablando de espacios (o calles) comerciales, por ejemplo, habrá que pensar en la carga y descarga de productos, por ejemplo. Y en función de las características de los demás espacios centrales hay que determinar el tipo de acceso más conveniente.

Y así, al disponer el espacio de la escuela, los accesos han de ser básicamente peatonales y seguros. La vieja fórmula de la “unidad de vecinos” podría seguir utilizándose, aunque despojada de toda la mística que en su momento la envolvía. Y no hay que olvidarse de la superficie que ocupa cualquiera de estos centros, buscando referencias. Como sabemos, una hectárea es una superficie buena para una escuela y para un campo de fútbol.

Hay más información y comentarios en el apartado 6.5 del libro “Planes parciales residenciales”.

25) Indica las cuestiones a tener en cuenta en el planteamiento de los parques y espacios libres públicos como elementos estructurantes.

Conocemos cuál es la reserva mínima que hay que hacer de estos espacios. Lo primero, por tanto, será garantizar su cumplimiento, así como el de las condiciones de forma que el propio Reglamento de Urbanismo también impone. Pero dicho eso, ¿dónde y cómo situarlo? En principio la distribución de los espacios libres deberá cumplir las siguientes seis condiciones (que, como decimos otras veces, podrían modificarse, siempre que se justifiquen los nuevos criterios). La primera, formar red. Enlazar con otros espacios verdes en un continuo, siempre que sea posible.

La segunda, proximidad a los espacios de uso. Y concretamente, a las viviendas y a los espacios escolares. Sabemos que los espacios libres se utilizan más, y más a gusto, cuando se encuentran suficientemente cerca. La tercera condición, conseguir una ubicación no marginal, fácil y cómodamente accesible, soleada, en continuidad con otros espacios verdes (ya lo hemos dicho) y con las vías peatonales.

Como sabemos, desde el plan parcial se pueden (y deben, en muchos casos) establecer algunas condiciones de diseño de los espacios libres. Por eso no está de más plantear como condición, además de lo dicho, la siguiente: prever una estructura interior de los parques y espacios libres en la que se distribuyan y organicen distintas atmósferas, diferentes tipos de uso (para usuarios variados), etc. También deben definirse los contactos con el ámbito exterior. Es decir, si el parque va a ser cerrado (¿qué tipo de cierre va a tener?), si va a verse atravesado por algunas infraestructuras viarias (de otro rango), etc.

En cuanto a la organización interna: facilitar esos “placeres sencillos” de que hablaba Lewis Mumford: disponer senderos para andar, bancos y suelos para descansar, agua, piezas singulares, sugerencias, etc. En general no se determinará desde las propuestas de estructura del área, si bien puede pensarse en algunos elementos caracterizadores (un estanque o láminas de agua, por ejemplo, un pabellón acristalado, una pérgola o mirador, etc.). Las características de xerojardinería o de permeabilidad del suelo, por ejemplo, corresponden a una etapa posterior (el proyecto de urbanización), si bien podrían garantizarse (mediante norma específica) desde ahora.

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