De aquí a fin de año
Attila József nos dijo: “Lo profundo calla” (citado por Magris en Danubio). Aquí se trata, por el contrario, de que “hable”. En esta categoría que llamamos “la ciudad como su nombre” definimos una idea de ciudad que simplemente nos gusta. La defendemos racionalmente, sin duda; pero en su origen está el gusto. Es decir: la poética. “Pura sabiduría del que no sabe nada”, pero también “un escombro tenaz, que se resiste a su ruina, que lucha contra el viento, que avanza por caminos que no llevan a ningún sitio. El éxito de todos los fracasos” (Ángel González). A eso vamos.
Hemos anotado en esta sección del blog algunas características de esa ciudad que pretendemos, aparte, desde luego, de los enunciados (de otro orden) propuestos en la bitácora “Naúfragos”. Ahora nos proponemos trabajar de forma algo más sistemática, hasta finales de año, en torno a los componentes de la ciudad que se acomodan en nuestra imaginación: Elementos (1: la estación, el puerto; 2: el puente; 3: la senda; 4: la encrucijada, la esquina; 5: la plaza; 6: la calle; 7: el parque; 8: el jardín; 9: la casa; 10: el bloque; 11: el patio; 12: el huerto). Lo público (13: el mercado; 14: los juegos; 15: el espectáculo; 16: el monumento; 17: la torre; 18: el edificio público; 19: la cárcel; 20: el hospital; 21: la escuela, la biblioteca, el museo). Trabajos (22: la oficina; 23: la fábrica; 24: las obras; 25: los sembrados; 26: las pausas). Tinieblas (27: las tumbas; 28: lo subterráneo; 29: proscrito, peligros). Artefactos (30: la instalación, las máquinas; 31: el tranvía, el tren; 32: las vías, la carretera). Viajes (33: el hotel; 34: la segunda residencia). Comunidades (35: el paisaje; 36: el lugar; 37: las afueras; 38: el barrio; 39: los polígonos; 40: el nuevo espacio; 41: el centro; 42: la ciudad existente; 43: la ruina). La escala del cuerpo (44: la tapia; 45: la puerta; 46: el cuarto; 47: la ventana). Todo (48: el ciclo de la vida; 49: la fiesta; 50: los otros; 51: poderes terrenales; 52: mundos mágicos; 53: la pasión amorosa; 54: la ciudad, finalmente).
En la introducción a sus Obras completas (Barcelona, Emecé, 1996) Borges presumía de que “los poetas han estado trabajando, sin saberlo, para mí a destajo”. Pues bien, igualmente lo han hecho para nosotros. Pero no sólo ellos: también Borges. Gracias a todos.
Para las asignaturas de “Planeamiento de Nuevas Áreas” y “Gestión y ejecución del planeamiento” de la Escuela de Arquitectura de Valladolid
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código original facilitado por
B2/Evolution
|| . . the burgeoning city . . || . .
la ciudad en ciernes . . || . .
la ville en herbe . . ||