Detalles del post: Cariño, la deontología ha encogido

23.12.08


Cariño, la deontología ha encogido
Permalink por Saravia @ 22:04:59 en Profesión -> Bitácora: Plaza

Un deprimente libro de Deontología para arquitectos

Un fotograma de La gran familia (Fernando Palacios, 1962)

Es lo que hay. Nadie, salvo la editorial Dossat, parece ocuparse de la Deontología (A. García Valcarce, A. de Sierra, A. Sánchez-Ortiz y D. Pellicer, Deontología para arquitectos, editado por Dossat para la Escuela T. S. de Arquitectura de la Universidad de Navarra, 2004). Y pasa lo que pasa: se presenta con unos planteamientos propios de La gran familia.

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Si no nos equivocamos, la deontología no pretende afectar directamente a la “recta humanidad” del individuo, sino que se dirige hacia el buen orden social, la concordia, el correcto funcionamiento de la sociedad o, al menos, el mantenimiento del orden. En consecuencia, afecta a los procedimientos, dejando siempre fuera los motivos de quien actúa. Un sesgo formalista que “provoca que inevitablemente haya roces o choques frontales entre la conciencia moral y la deontológica, tensión necesaria que suele ser signo de vitalidad ética aunque se acompañe de dislocaciones traumáticas para el sujeto” (Savater). Etimológicamente debe considerarse como un “tratado de los deberes”, de las obligaciones que uno tiene con la sociedad como miembro de un grupo profesional. Y alude a lo apropiado para cada caso, a lo conveniente en una situación concreta. Por eso suele plantearse como un conjunto de pautas establecidas dentro de una comunidad profesional para resolver los posibles conflictos entre sus miembros o entre alguno de sus miembros y los intereses colectivos. Se refiere a los miembros de una profesión, pero sólo en lo que les compromete esa misma actividad profesional.

Pues bien; en el libro citado no se concibe la deontología de esa forma. Sino todo lo contrario: “Es preciso partir de una determinada postura ética para abordar las cuestiones deontológicas”, se nos dice en la página 10. Y sus referencias para abordar cuestiones deontológicas son “los diez Mandamientos bíblicos”. Sí, sí. Los diez. Aunque la verdad, siguen explicándonos los autores, es que los realmente importantes son tres de ellos: “En cuestiones deontológicas es habitual el manejo de principios de Ley Natural compartidos con aquéllos [los diez mandamientos], al menos en lo relativo a los mandamientos 5º, 7º y 8º”. Nos sorprende el escaso valor que se da a los mandamientos 3º, 6º y 10º, realmente fundamentales en disquisiciones de este tipo. Sobre todo el 6º. Quizá no se hayan dado cuenta; pero es que hay algunos ateos que aunque intentan “evitar toda referencia a ellos, los manejan de modo implícito sin darse cuenta”. Realmente impresionante.

Pero no sólo llama la atención del libro ese planteamiento básico. También es curioso su desarrollo. Porque el interés de la deontología está precisamente en su complejidad. Sabemos que es imposible disociar por completo la reflexión moral de las aspiraciones políticas, de los requerimientos judiciales o de las instancias éticas. “Pero subsumir los diversos planos o subsumir unos en otros desemboca en una simplificación indebida de una realidad axiológica cuya eficacia proviene precisamente de esa complejidad” (Savater, de nuevo). La deontología se desarrolla en un espacio donde se entrecruzan lo subjetivo, lo interpersonal y lo comunitario. No es precisamente un catecismo.

En el libro que comentamos, sin embargo, todo es elemental. Incluye nada menos que 99 ejemplos. Pero son 99 casos de una enorme irrelevancia para la enseñanza deontológica. Ya en las primeras páginas, al buscar un ejemplo para hablar de la dignidad humana no se les ocurre nada mejor que lo siguiente: “Borrar la pizarra es indigno de un catedrático”. Y luego, cuando el libro se adentra en casos de la profesión, la complejidad es inexistente. Veamos tres breves ejemplos, aunque servirían casi los 99.

Ejemplo 2 (citamos sólo el fragmento más interesante): “La intención de este regalo por parte de Miniwilli y la aceptación por parte de A, requieren un análisis. La cuestión recibirá distinta calificación si el Arquitecto dice al encargado del comercio de donde proviene el regalo: `La Empresa Minivilli se ha confundido: en vez de dos escopetas `Hollan´ debería haberme enviado seis, pues somos cazadores el matrimonio y mis cuatro hijos. Por favor, completen el regalo”. Como la vida misma. ¿Quién no se ha visto alguna vez en una situación parecida?

Ejemplo 61 (fragmento): “El Arquitecto del edificio siniestrado, A, no residía en la ciudad en donde aquél había sido erigido, sino en otra donde, por la excelente naturaleza del firme de cimentación, la solución adoptada en su Proyecto hubiera sido usual; y por lo que del libro de Órdenes ha podido deducirse, ha visitado la obra un escaso número de veces”. Arquitecto malo, que no cumple con su obligación y se cae la casa.

Ejemplo 94 (lo presentamos completo): “El Arquitecto B convoca a varios gremios a una visita de obra a las 4 de la tarde de un 10 de Julio, en plenas fiestas de San Fermín, en Pamplona. A las cinco hay corrida de toros, intervienen tres figuras del momento. El arquitecto llega algo tarde, el ambiente es tenso, la gente vigila el reloj. Se comenta en voz baja `la hora de la visita es intempestiva y encima ni siquiera es puntual´. Cuando por fin llega B, alguien señala `evidentemente la corrida empieza a las cinco, torean Fulano, Mengano y Zutano y aquí hay muchos buenos aficionados´. El Arquitecto B lo oye y se percata del tenso ambiente. Replica en tono de buen humor. `Yo también soy un buen aficionado´. El comentario hace sonreír a todos y se produce la distensión. Continúa: `Cualquiera se pierde la corrida de hoy: será la mejor de estos Sanfermines´. La vista a partir de ese momento es breve pero eficaz; desaparecen las caras largas y finalmente casi todos vuelven a verse, satisfechos, en la Plaza de Toros”. ¿Lo pillan?

En definitiva: una pérdida de tiempo, salvo que no está de más conocer qué se explica sobre estos asuntos en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra.

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Comentario de: manuederra [Member] · http://ciudadesaescalahumana.blogspot.com
¡Impresionante! Lo de los diez mandamientos es genial, al verdad. Me extraña o sorprende, en cualqier caso, que no haya más textos sobre deontología profesional en esta carrera.
URL 24.12.08 @ 09:53
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