Spoon River
Lees ese anuncio: una oferta de esa naturaleza no se hace todos los días. Lees y relees el aviso. Parece dirigido a ti, a nadie más. Distraído, dejas que la ceniza del cigarro caiga dentro de la taza de té que has estado bebiendo en este cafetín sucio y barato. Tú releerás. Se solicita historiador joven. Ordenado. Escrupuloso. Conocedor de la lengua francesa. Conocimiento perfecto, coloquial. Capaz de desempeñar labores de secretario. Juventud, conocimiento del francés, preferible si ha vivido en Francia algún tiempo. Tres mil pesos mensuales, comida y recamara cómoda, asoleada, apropiada estudio. Sólo falta tu nombre. Sólo falta que las letras más negras y llamativas del aviso informen: Felipe Montero. Se solicita Felipe Montero, antiguo becario en la Sorbona, historiador cargado de datos inútiles, acostumbrado a exhumar papeles amarillentos, profesor auxiliar en escuelas particulares, novecientos pesos mensuales. Pero si leyeras eso, sospecharías, lo tomarías a broma. Donceles 815. Acuda en persona. No hay teléfono. (Aura. Carlos Fuentes).
Lees ese anuncio, el Diario Oficial. Concurso, asistencia técnica, ordenación del territorio. Alguien dio con una aglomeración (urbana, por supuesto), junto a otras con las que obviamente está relacionada. De hecho, cada capital tiene una, para no ser menos. Nunca te lo pareció, y preguntas. Te dicen que aglomeración es un área urbana de núcleo diverso que conforma un mercado unitario de residencia y trabajo, reflejando a su vez un aumento de escala en el espacio de vida colectivo y las diferentes estrategias espaciales de los agentes económicos. Ajá ¿todavía?
Entonces, aun sintiendo que una oferta de esa naturaleza no se hace todos los días, que ese anuncio es para ti, buscas en el Pliego algo que te revele que todos los paradigmas de la Economía han cedido a los tiempos, y que por fin se ha producido un cambio de rumbo en esto de la ordenación del territorio y del urbanismo, otro propósito. Pero, por lo que se ve, la matriz de los documentos no ha sido actualizada. Claro que las leyes tampoco. Así que la agitación formal persiste: relaciones de transporte, economías de escala, especialización de los entornos productivos, interacción, concentración de la actividad en espacios tributarios de grandes centros regionales, acumulación de capital humano……sostenibilidad.
Te presentaste, acudiste en persona. Buscando asirte al último resto de coherencia (la nutrición es la nutrición, pero dentro de un orden), expresaste tus reservas en la propuesta metodológica, confiando en que si pagaban por acoplar artefactos, al menos podría ajustarse su sombra. Recordaste cómo la práctica de la planificación nunca ha dejado de estar atenta al hecho de la semblanza crematística de la ciudad y su territorio, convirtiendo a menudo tal noción en su argumento y vicio, prestado del discurso y elementos de la economía regional, a los que tópicamente han venido a añadirse los de competitividad, innovación, sinergia, imagen y marca. Ahora el poder económico goza de su emancipación, cuando hasta no hace mucho tiempo la creación de dinero se suponía prerrogativa de la autoridad política. Hay quien lo sigue manteniendo en el programa.
Pero te llaman para urdir la fantasía, que Todorov sitúa admirablemente: podemos optar por engañar los sentidos para que las leyes materiales del mundo se comporten a sentimiento, lo insólito. O incluso suspender toda posibilidad de explicación, y tendríamos lo maravilloso. De lo uno a lo otro, lo mejor de todo es que en nuestro caso el “tiempo de incertidumbre” forma parte del relato, de manera que los destinatarios podrán optar por una solución, la contraria, y todas las que ni siquiera se han considerado: sistemas de ciudades, constelaciones de centros regionales equiparados, oportunidad de dotación y acciones éticas, modelos de ciudad compacta, modelos de ciudad funcional, modelos de ciudad económicamente diversificada, activación de conjuntos sumando objetivos, cooperación competitiva, cúmulos espaciales, impulso de mecanismos de coordinación entre políticas sectoriales, desarrollo territorial endógeno plus ultra.
Por si acaso, adviertes: los procesos de desregulación justificados localmente por la consideración del territorio como base de reproducción del capital, alentados a su vez por una visión residual del suelo presuntamente apto para el desarrollo, han dado lugar a espacios sin articulación, desmesurados, y tan carentes de propósito como insostenibles. Y también que el arte de trazar, planificar, requiere un actor consecuente y responsable de los procesos, de los hechos que reconoce y los que va a producir. Una voluntad de poder (Nietzsche) que aspira hacia atrás y se proyecta adelante: no es lo que quiere la voluntad, sino lo que se quiere en la voluntad.
Porque pensamos que en esta incertidumbre no se trata de delimitar con precisión continentes duraderos ni regiones subsistentes, sino (quizás) un relieve sentimental. Distinguir un modo de colonización que nos permita vivir sin comprar la existencia. Educarnos en el bienestar de todos y cada uno de los habitantes, organizar el espacio para que podamos optar a un sentido cotidiano y común del trabajo.
Cuelas una propuesta, halando de los empleos verdes, los que parecen de verdad: la recuperación (retorno a la tierra) de los territorios abandonados, lisiados por los malogrados procesos de urbanización. A pesar de la administración, que no es capaz de sancionar la cadena de incumplimientos de promotores, Juntas o Agrupaciones que de hecho no existen ya, pero que mantienen cautivados a ciudadanos que ya solo sirven para pagar impuestos sobre terrenos cuya tasación supera extraordinariamente su valor inmobiliario. A pesar de los bancos, que siguen refinanciando el barbecho clasificado, con tal de que se cumpla algún hito que dé la impresión de que realmente se va a ejecutar lo que sea. Como si nada estuviera ocurriendo. La de gente que podría ocuparse si sometiéramos, definitivamente, el amor al comercio, esa nostalgia tan rara.
Ves otro anuncio. El encargo es tuyo. Luego sabrás que la parte asonante quedó sin leer, ya que obviamente nada tenía que ver con lo que se pedía. Y más adelante harás entrega de un Diagnóstico sobre el mejor de los mundos posibles: insólito y maravilloso, sobre un territorio competitivo, innovador, progresista, capaz de todos los neologismos. Lo validarán encantados y algún día hasta te pagarán.
Porque así, te dirán, se conserva el equilibrio que requiere el sistema para reproducirse en cuanto llegue el momento apropiado. No hay que desanimarse ni entorpecer el orden natural de las cosas.
- Volverá, Felipe, la traeremos juntos. Deja que recupere fuerzas y la haré regresar…
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