Plaza

Tres deseos.

1.

Snoopy presta toda atención posible a cuanto marca la máquina de escribir, lanzando su novela de misterio a partir del victoriano Bulwer-Lytton: “Era una noche oscura y tormentosa”, sentencia que aprovecharía W. W. Jacobs (y muchos más) en “La pata del mono”, solo que su noche será fría y acuosa. Doscientas catorce palabras después, Snoopy lo habrá conseguido; igual que Stephen Fowler al adoptar el título de espeluznante memoria a la hora de establecer su librería de viejo en Toronto: The Monkey`s Paw.

[Mas:]

Aquí puedes hallar el manual original de los scouts, tal y como salió de la pluma de Baden Powell, una primera edición del libro de cocina de Julia Child, tratados de confección de pelucas, prontuarios de taxonomía de la pasta, o bien asistir a una feat de DJ El Viejo, bombeando sonido con la manivela de un reproductor Edison de grabaciones de cilindro de casi un siglo.

El caso es que en The Monkey`s Paw acaban de inventar la Biblio-Mat, una máquina expendedora de libros de segunda mano. Aburridos de apilar extravagantes ediciones de contenido inefable y de incierta transacción, decidieron ceñir cada volumen con una discreta vitola y someterlo a la ventura de un comprador que, por una moneda de dos dólares canadienses (poco más de euro y medio), lo adquiriese conforme quisiera la estrella del artefacto. En su flamante estreno, los dos primeros ejemplares en precipitarse a la ranura de entrega fueron un vademécum sobre cirugía urgente en combate y un relato titulado “Daring wings” (“Alas intrépidas”).

2.

El artista berlinés Fabian Brunsing ha presentado su banco de jardín Pay and Sit (Pague y Siéntese), que no es otra cosa que un banco de alquiler. Por medio euro el tres bolillo de crampones inoxidables se retrae permitiendo disfrutar de su asiento durante breves minutos. Una señal acústica previene del fin del periodo de disfrute, tras lo cual emergen las púas.

Se trata de una manifestación contra la creciente mercantilización institucional de lo público. Sin embargo, se tienen noticias de que en el parque Yantai de Shangdon (China) se ha instalado un trasunto del Pay and Sit para evitar, como dice el político hacedor, “que la gente pase el día en el banco, sin más”.

Confieso que doy este post sintiendo un intenso estremecimiento en la fuerza.