Reflexiones más o menos metafísicas a propósito de Lo sagrado hecho real
La exposición (“Lo sagrado hecho real”, Museo Nacional Colegio de San Gregorio, Valladolid, julio-septiembre 2010) te asalta por la espalda. Entras tranquilo y al minuto estás rodeado por una tenebrosa atmósfera de negros y sombras en torno a cristos, jesuitas y magdalenas. Sangre, coágulos, dolor, torturas. Y muertos, muchos muertos. Un aire macabro (en un montaje exquisito, todo hay que decirlo) que nos ha sumido en graves y profundas (profundísimas) meditaciones.
Declaraciones sobre las inversiones públicas y el recorte del crédito de las administraciones locales
El lunes, 24 de mayo de 2010, se publicó en el BOE el decreto-ley que cerraba la posibilidad a los ayuntamientos de recurrir al crédito a largo plazo para financiar sus inversiones hasta diciembre de 2011. El martes se modificaron los plazos. Pero, al margen del contenido del decreto y el baile de fechas, nos ha llamado la atención la valoración del acuerdo que hizo el portavoz de la Junta de Castilla y León, José Antonio de Santiago-Juárez: “Los débiles pagan las frivolidades de Zapatero”. Impresionados por tanta lucidez nos hemos preguntado quiénes serían en Valladolid esos pobres paganos.
Otro debate sobre el urbanismo de Valladolid mal planteado
El Grupo Popular del Ayuntamiento de Valladolid ha propuesto ayer, a salto de mata, la necesidad de elegir un solar, entre cinco opciones, para ubicar un hipotético palacio de congresos. Cielos, qué agobio. Así, de repente, a todo correr, hay que elegir un sitio para colocar un centro donde puedan celebrarse congresos de 2000 personas (todo Mayorga dentro de un palacio). La sugerencia es demasiado apremiante, pero también se nos antoja entretenida. Juguemos pues.
Nuevas modificaciones del Plan General de Valladolid, nuevamente no justificadas
Nada. Imposible. Ni siquiera cuando aciertan pueden evitar eludir las explicaciones que se deben a los ciudadanos. La modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Valladolid que se propone ahora para poder desarrollar el ARU (Área de Renovación Urbana) del “29 de octubre”, no se limita a definir un nuevo sector de “suelo urbano no consolidado” (una sugerencia de pasada: ¿por qué no, ya puestos a la renovación, se cambia el nombre de la zona y pasa a llamarse, por ejemplo, “30 de octubre”, o “31 de octubre”, o “7 de julio”, o "14 de febrero"?). También se acompaña de tres cambios en la Normativa del citado Plan General, correspondientes a los artículos 133.b, 138.3 y 139, que afectan a muchas otras áreas de la ciudad y de los que, sin embargo, no se explica su conveniencia.
En la Resolución del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León del 27 de abril de 2010, sobre la solicitud de suspensión cautelar de las obras de Ikea en Arroyo de la Encomienda (Valladolid)
Como quiera que el fumus boni iuris (cómo mola hablar en latín) desaconseja la inclusión de bromas en los escritos jurídicos, el buen sentido del humor debe buscar cauces mucho más matizados para desplegarse en tan resbaladizo territorio. Llegan a ser tan finas las expresiones que sólo algunos observadores muy atentos advierten su presencia. Somos esos observadores atentos. Y en la resolución que citamos en el titular hemos localizado dos francamente buenas, que se agradecen.
Artículo publicado en la revista En taquilla (octubre de 2009)
Valladolid. La ciudad se mueve. Se transforma. Mucho o poco, mejor o peor. ¿Cómo valorarlo? Hay obras de pequeña escala, pero muy significativas, que te reclaman un inmediato: “perfecto”. Obras de urbanización que llevan al ensanchamiento de aceras o la disposición de “pavimento de botones” para servir de guía a los invidentes, por ejemplo, que también quieren que des rápidamente el sí. Hay obras casi ocultas, pero de enorme importancia para el funcionamiento de la ciudad, como la sustitución del colector de la margen izquierda del Pisuerga, que a quien estudia la ciudad a más largo plazo le dan buena impresión: se prevé el futuro, y parece que se atiende a actuaciones poco vistosas para la galería, poco rentables en popularidad, pero necesarias. Parece que actuamos responsablemente. Y de ahí un nuevo aplauso. Otras, desde luego, están a la vista y se inauguran con orgullo: paseos, plazas o equipamientos, aquí o allá. Otras actuaciones más están todos los días en los periódicos y ya se encargan en la prensa de jalearlas (quizá con alguna crítica, pero se ve que andamos, que actuamos): así las rondas, la transformación de la avenida de Salamanca o los nuevos aparcamientos. Y también, por último, están las grandes operaciones de planeamiento que, ahora sí, diseñan la ciudad del futuro: en este paquete deberían comentarse los famosos proyectos del Valladolid-Arena, o el de soterramiento, o la aprobación de las llamadas “áreas homogéneas” (¿quién no ha oído hablar de Valdechivillas?). Pues bien: ¿cómo evaluar el conjunto de estas operaciones?
Un comentario sobre el ARI de la Rondilla
Por aquí deberían ir las cosas. Rehabilitar la ciudad de forma extensiva, empezando por los barrios construidos hace 40 ó 50 años, donde vive tanta gente: ése debería ser el programa fundamental del urbanismo vallisoletano. Pero atención: extensiva; rehabilitación extensiva. No bastan actuaciones piloto ni muestras de lo que podría hacerse.
Artículo publicado en El Norte de Castilla del 5 de septiembre de 2009
Valdechivillas es una zona agrícola (un paisaje bonito, por cierto) cercana a Renedo, de 418 hectáreas, donde unos promotores pretenden construir casi 16.000 viviendas. Para que te hagas una idea, Medina del Campo tiene 554 hectáreas y menos de 7.000 viviendas. Quieren que esté aprobada la operación antes del 19 de septiembre, porque entra en vigor una nueva reglamentación urbanística, y de no estarlo entonces habría que empezar de nuevo toda la tramitación (y sería más complicada).
Obras abusivas en un patio de manzana de XXV Años de Paz
Según cuenta el fabulista, una rana cargaba con un escorpión a la espalda, cruzando el río. A mitad del trayecto el escorpión la picó. “¿Por qué lo has hecho?”, dijo ella; “¿no ves que ahora moriré y tú te ahogarás?” Él respondió, desdeñoso: “Lo siento, no he podido evitarlo: es mi jodida condición”.
Análisis sistemático de las respuestas a las alegaciones del Plan Rogers
Una de las exigencias del urbanismo es tener que explicarse. No es fácil, ya que muchos de los planteamientos son complejos, tienen diversas lecturas y variables. Pero hay que hacerlo. Uno de las obligaciones del equipo redactor es tener que justificar las decisiones simultáneamente ante la administración (que le contrata) y los ciudadanos (que justifican el contrato). No es fácil, ya que algunas veces las argumentaciones técnicas no gustan al encargante del trabajo y otras no gustan a la gente. Pero hay que hacerlo. Tras un periodo de alegaciones, hay que responder adecuadamente. Lo que no vale de ninguna manera es cocinar una sopa de textos, argumentos y semiargumentos, salidas en falso, excusas y desplantes. Pues bien, juzgue el lector: Así responde Rogers.
Basta cambiar “luz” por “chivillas”
La Ciudad Valdeluz (Guadalajara) es un lugar “donde el equilibrio entre naturaleza y urbanismo es total”, según se oye decir en su web. En la vallisoletana Área Homogénea 10 “Valdechivillas” (todavía no la han bautizado como se merece: Ciudad Valdechivillas, por ejemplo) se establece “una estrategia general de intervención, basada en el respeto y conservación del entorno en el que se desarrolla (topografía, espacios naturales, flora y fauna) minimizando los impactos sobre el mismo y otorgando una máxima importancia al tratamiento paisajístico de todas sus intervenciones”, según se lee en su memoria. Somos felices. Guadalajara y Valladolid contarán orgullosas, como grandes capitales europeas que son, con sendos modelos urbanos que serán la envidia de uno o varios continentes.
Notas sobre el Convenio del 7 de abril de 2009
Se acaba de aprobar un bonito “Convenio Urbanístico para la Gestión del Área Homogénea 10 `Valdechivillas´ del PGOU de Valladolid, adaptada al Texto Refundido del Plan Parcial que se tramita en el expediente nº 5139/07”. Y la verdad es que podía haberse llamado más llanamente: “Cómo favorecer al Sr. Cantalapiedra, hipotecando el desarrollo urbano de Valladolid”. Hipotecando, comprometiendo, obligándose con este señor. Porque de eso se trata. Sin ventaja alguna para la ciudad.
¿Por qué nos desestima tanto?
Acabamos de leer el Informe de Alegaciones del llamado Plan Rogers (“Propuesta de contestación de alegaciones sobre la Modificación del PGOU con ordenación detallada y del PECH de Valladolid en la red ferroviaria central”: hay que ver cómo afinamos), y ya no nos cabe duda. La palabra “estima”, referida a las 271 alegaciones presentadas en 32 escritos, aparece 48 veces, mientras que “desestima” lo hace nada menos que en 223 ocasiones. Qué desapego, Richard Rogers; qué distancia. Hay que ver lo que nos desestima, con lo que le queremos.
Una nueva mega-macro-pieza amenaza la ciudad
Lo sabemos. Una vez más hay que decir no. ¿Valladolid-Arena?: No. ¿Gran Ikea?: No. ¿Ciudad de la Justicia?: No. ¿Áreas homogéneas?: No. Y ahora también: ¿Macro-campus universitario?: No. ¿Es que no se les ocurre otra cosa? ¿A nadie le interesa la mezcla de usos, las actuaciones de menor escala, más discretas, el aprovechamiento de lo existente, de lo construido hace sólo unos años? ¿Es que no se valora la integración de las instalaciones deportivas en la ciudad, del comercio en la ciudad, de las sedes judiciales en la ciudad, de las facultades y escuelas en la ciudad? Parece que no mucho, la verdad.
No hay por dónde justificar la nueva ronda exterior este.
Sabemos cómo cotiza en Valladolid el minuto de viajero de avión. Con el propósito de agilizar el acceso al aeropuerto, el Ayuntamiento ha aprobado la construcción de un túnel de 3,5 millones de euros en la Avenida de Salamanca. Hechas las cuentas se comprueba el ahorro: "como mucho, 10 segundos", según cálculos del PSOE de Valladolid, que concluye: "cada segundo saldrá a 350.000 euros". O sea que si multiplicamos por 60: cada minuto, 21 millones de euros. Sí; pero ¿a cómo cotiza hoy en Valladolid en minuto de camionero?
Artículo publicado en El Norte de Castilla el 13 de enero de 2009
Digámoslo pronto: la pretendida Ciudad de la Justicia (CdlJ) de Valladolid es un error sin paliativos. Es verdad que nadie duda de la necesidad de construir nuevos edificios de juzgados. Pero también es inequívocamente cierto que no hay ninguna razón para que tengan que estar todos ellos en una misma parcela. Por supuesto, ya sabemos que la denominación de esa agregación como “ciudad” es una broma (¿qué ciudad sería esa, con un solo uso y llena de abogados y jueces?). Sería más adecuado el nombre de ciudadela: una gran pieza urbana, completa y unitaria, situada dentro de la ciudad pero con límites bien definidos. Más aún: precisamente esa misma idea de agrupar todo desaprovecha la posibilidad de que los nuevos edificios colaboren realmente a “hacer ciudad”. Encuentro al menos cinco buenas razones para preferir la construcción en varias parcelas de las nuevas sedes judiciales necesarias, situadas en lugares bien accesibles, y que a su vez contribuyan a la vitalidad urbanística de las zonas en que se emplacen.
Análisis de los argumentos utilizados para decidir la localización de la Ciudad de la Justicia de Valladolid
Dejando a un lado que la denominación “Ciudad de la Justicia” recuerda demasiado a todas aquellas “ciudades de” que proliferaron en el Valladolid de los años 40 (la misma expresión “Ciudad de” es exageradamente franquista), como la “Ciudad del Deporte”, que se inició en torno al antiguo campo de fútbol José Zorrilla; la “Ciudad Universitaria” situada en la zona de los seminarios (el mismo Seminario Mayor se proyectó para Colegio Mayor Universitario); la “Ciudad Militar”, que se organizaba en torno al Cuartel de San Quintín, y algunas otras. Aparte –decimos- del aroma franquista de esas piezas urbanas, lo cierto es que los argumentos que se vienen manejando para decidir su emplazamiento están demasiado desordenados como para poder decidir sensatamente. Y el buen orden de los argumentos es fundamental para garantizar una decisión adecuada.
Sobre la responsabilidad política de Manuel Sánchez
Es cierto que podemos acostumbrarnos a casi todo, y algunos hechos que en circunstancias normales nos llamarían la atención, una vez asumidos como rutina entran en la normalidad y pasan sin pena ni gloria. La cantidad de sentencias contrarias al urbanismo de Valladolid es ya tan elevada que una nueva, como la que se ha conocido hace unos días, prácticamente no es noticia. ¿No es llamativa esa indiferencia?
Algunos bocetos para el centro de Valladolid, junto al ferrocarril
Umberto Saba escribió: “Volverán a este barrio, o a otro como éste, los días en flor”. No hablaba de Valladolid, sino de Trieste. Pero ¿por qué no ha de servir ese deseo también para esta ciudad? ¿Por qué no pensar en un espacio más atractivo, más amable -en nuestra opinión, por supuesto-, un espacio más vivo en el centro de Valladolid, junto a las vías? ¿Por qué conformarnos con la propuesta del equipo de Rogers, que no convence a nadie? Aprovechémosla, recojamos su trama, los parques lineales y la espina verde; y algunos elementos estructurantes, pero modifiquemos otras de las propuestas planteadas. Cambiemos, sobre todo, ese tono tan poco cálido de que está impregnada y démosla, si nos es posible, más vida, más calor, más cercanía. Parafraseando a Luis García Montero, ¿quién quiere un espacio de traje y corbata si se puede tener un paisaje urbano de vaqueros? ¿Qué impide plantear la construcción de una pradera alta, limpia y verde como el de la fotografía, sobre las cubiertas planas de los edificios de los nuevos barrios, conectadas por puentes y pasarelas, para andar y estar allí algo más cerca de las estrellas? ¿Qué lo impide?
Sobre la forma de entender la participación en la Sociedad Valladolid Alta Velocidad
El pasado 17 de julio se programó en 20 minutos un "encuentro digital" con el Consejero Delegado de la Sociedad Valladolid Alta Velocidad, el señor Antonio Cabado. Es de agradecer la iniciativa del periódico, pero con la de cosas que tendrá que hacer el señor Cabado, y vistos los resultados, no se le debería haber molestado. Es más: para otra vez nos contestaremos nosotros solos, no se preocupe, señor Cabado.
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código original facilitado por
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