Lo maravilloso, lo extraño, lo fantástico.
Acaba de celebrarse en Barcelona la 7 Bienal Europea del Paisaje. En ésta el proyecto de restauración del paraje de Tudela-Culip, al norte del cabo de Creus (Girona), ha obtenido el prestigioso premio Rosa Barba. Recientemente la Asociación Americana de Arquitectos Paisajistas había elegido esta intervención como una de las mejores iniciativas de ordenación paisajística del mundo, la única europea entre las nueve distinguidas. El jurado del premio Rosa Barba destacó que el proyecto dirigido por Martí Franch y Ton Ardèvol, en el que han intervenido casi cincuenta especialistas y más de un centenar de trabajadores, es una “muestra de restauración creativa de la naturaleza. A través de acciones de bajo coste, propone maneras de coreografiar la cultura y la naturaleza con un enfoque innovador, que pretende transformar al turista en explorador y reducir la distancia entre paisaje y personas”.
Como si se exhumara un firmamento (César Vallejo).
Un panorama.
Carta remite a mapa. Y paisaje es una extensión de terreno que se ve desde un sitio, o una extensión de terreno considerada en su aspecto artístico, o una pintura o dibujo que representa cierta extensión de terreno. Menos mal, la propuesta de enmienda del DRAE (23ª edición), nos avanza una nueva entrada que, bajo la calificación de “protegido” define el paisaje como un espacio natural que por sus valores estéticos y culturales es objeto de protección legal para garantizar su conservación. Con algo de suerte, no será necesario el epíteto para lograr la enmienda.
Dudas sobre la contaminación visual
Es un asunto delicado. Por de pronto, inquieta el hecho de que la mayoría de los denunciantes sean profesionales interesados. “La solución del problema está en la intervención de especialistas con capacidad crítica y la formación adecuada: diseñadores urbanos, arquitectos, técnicos, diseñadores industriales y gráficos” (Silvia Segarra en Diseño contra contaminación visual, Catálogo editado por la Asociación Andaluza de Diseñadores, 2007; S. García Garrido, com.), nos dicen los diseñadores urbanos, arquitectos, técnicos y diseñadores industriales y gráficos. Pero no son los únicos que se quejan de la situación. Con frecuencia se oye el descontento por el crecimiento de la “basura semiótica” proceder también de otros sectores.
Leyendo un texto de Huysmans sobre el Bièvre
Acaba de aparecer un libro con textos de Joris-Karl Huysmans, traducido por Martínez Sarrión (Aguas grises, Valladolid, Cuatro, 2010). Uno de los capítulos se titula “Paisajes”, y nos ofrece una inquietante manera de ver y sentir la naturaleza, explosiva, romántica, extraordinariamente expresiva, bastante alejada, según creemos, del exquisito pensamiento paisajista actual; pero, quizá por eso mismo, incomparablemente sugerente.
Según Tim Waterman
El pasado año Tim Waterman (curioso apellido) publicó un texto sobre el paisaje que se pretende indispensable: Principios básicos de la arquitectura del paisaje (Donostia-San Sebastián, Nerea, 2009). Realmente se trata de un libro más elemental que fundamental, un manual demasiado vago. Pero toca muchos temas, y puede ser útil para debatir sobre un ámbito de trabajo profesional en alza. Fijémonos ahora en el último de los seis capítulos de que se compone, el titulado precisamente así: "El ejercicio profesional".
Cómo se describen los escenarios en la noche de After Dark
Gente más o menos solitaria, historias extrañas y cruzadas, gatos, música, ritmo: “El ritmo es lo más importante porque es la magia, lo que invita a la audiencia a bailar y lo que yo quiero es que mis lectores bailen con mis palabras”. Que nadie pueda, como en los buenos conciertos de jazz, parar de mover los pies “bajo las butacas marcando el ritmo” (así se expresa Haruki Murakami en una entrevista con el diario La Nación de Buenos Aires). Describiremos a continuación, a nuestro ritmo pero con sus palabras, esos escenarios de la ciudad en la noche que aparecen en la última novela de Murakami (After Dark, Barcelona, Tusquets, 2008).
Comentarios en torno al drama (o la comedia) del paisaje ideal
Intervenir en el paisaje, desde la arquitectura, es construir una catedral. En especial, si pretendemos actuar de acuerdo con el dictamen de Fernández Buey sobre la utopía: no olvidar nunca la ironía, por favor.
Leyendo ahora, al retroceder la ola, el libro de Ramón Fernández Durán
De acuerdo, el desastre ha sido enorme y el urbanismo devastador está en horas bajas. ¿Se puede hacer algo, además de esperar desesperanzados, ante la próxima oleada que sin duda llegará? Algo eficaz, naturalmente. Creemos que sí, y la pista nos la ofrece, una vez más, Ramón Fernández Durán en su libro (pequeño de tamaño, largo de título, inmenso de sentido), El tsunami urbanizador español y mundial. Sobre sus causas y repercusiones devastadoras, y la necesidad de prepararse para el posible estallido de la burbuja inmobiliaria (Madrid, Virus, 2006).
Stevenson, a pie y con una burra, en Lozére, Francia (otoño de 1878).
Durante doce días de un recién estrenado otoño de 1878, Robert Louis Stevenson recorrió, a pie, y acompañado de una modesta y burra burra, llamada Modesta (tanto de su sobriedad como de su burrez se da cuenta a lo largo de todo el relato), campos y montes del Haute-Loire, la Lozère Ardèche, el Gard y los Cevennes, entre Auvergne y Languedoc. Un periplo de 220 km. que relató en un pequeño libro (casi un diario), del que hay traducción en castellano en Barcelona, Edhasa, 1971 (Viaje con una burra). Recogemos algunos (preciosos) comentarios del capítulo titulado "Una noche entre los pinos".
La palabra Aynadamar procede del árabe Ayn al-Dam: Fuente de las Lágrimas. Es el nombre antiguo de un manantial que hoy se conoce como Fuente Grande. Está en la sierra de la Alfaguara, a 10 kilómetros de Granada. Es viejo, pero continúa manando agua ("exquisitas aguas", decía Madoz). Con él se abastecía la capital nazarí, y de hecho fue la primera fuente de la que bebió la ciudad. De día irrigaba su espacio agrícola, de noche llenaba los aljibes urbanos (así lo cuenta Carmen Trillo en Una sociedad rural en el mediterráneo medieval: el mundo agrícola nazarí, un precioso trabajo publicado primero en Studia Historica. Historia Medieval, 18-19, 2000-2001, de la Universidad de Salamanca, y luego en varias ediciones en Granada). Y así pensaban los árabes entonces: aprovechamiento minucioso del agua, aunque sea poca. Diría más: mejor si es poca, pero administrada con responsabilidad y cuidado, casi con mimo. Sabemos que hay problemas de agua graves, gravísimos, y que habrá más. Faltan las lluvias, llegan las lágrimas. ¿Qué puede hacerse desde el urbanismo? ¿Es únicamente un problema de infraestructuras? ¿Cuestión de reparto de lo que hay? ¿Tecnologías de desalación? Desalar qué: ¿el mar o las lágrimas?
Notas sobre la construcción social del paisaje
“Lo no visible está completamente entrelazado con lo visible, pero no como un simple hueco en la malla de lo visible, sino como la base que lo sustenta”, según escribe Joan Nogué, director del Observatorio del Paisaje de Cataluña, en la introducción de La construcción social del paisaje (Madrid, Biblioteca Nueva, 2007). Y subraya: “Se establece entre ambos la misma relación que entre la luz y la oscuridad, entre el blanco y el negro (como decía Paul Valéry, accedemos a la secreta negrura de la leche a través de su blancura)”.
Resumen de la conferencia titulada Argumentos del paisaje, celebrada en el Colegio de Arquitectos de Santander el 14 de diciembre de 2007.
Un argumento es el asunto del que trata una obra literaria y, por extensión, artística; el guión o contenido de una historia. Un motivo es “el elemento más pequeño de la narración”. Una idea-fuerza. “El argumento ofrece una melodía completa, el motivo no hace más que pulsar un acorde” (Elisabeth Frenzel, Diccionario de motivos de la literatura universal, Madrid, Gredos, 1980). El motivo señala exclusivamente un planteamiento de la acción con posibilidades de desarrollo muy diversas. Es la “célula germinal” de una trama, el fundamento de la acción. “Posee una tensión psíquico-espiritual, gracias a la cual mueve y provoca la acción”. Para Goethe los motivos poéticos eran “fenómenos del espíritu humano que se han repetido y se repetirán, y que el poeta no hace más que presentar como históricos”. Veamos unas notas sobre algunos motivos del paisaje.
Apuntes para la ponencia "Agua de palabras. Por una nueva cultura del territorio". Curso sobre Red Natura 2000 y urbanismo. Peñaranda de Duero, Burgos. Lunes 26 de noviembre de 2007. Organizado por la Dirección General del Medio Natural de la Junta de Castilla y León.
Como sabemos, cada uno de nuestros informes, aunque parezca indiferente al mundo, sin duda le afecta. No tanto por el "efecto mariposa", sino por el "efecto autobús", que se describe en el informe sobre Ciudades Europeas Sostenibles (página 59, punto 14). Creo que no está de más intentar verlo en una dimensión más global. El problema es que muchas de las palabras que tenemos que utilizar no nos ayudan. Son sólo "agua de palabras", según esta expresión robada al poeta catalán Miquel Martí i Pol (de su "Ensalmo de la vida tranquila", 1980). Calidad de vida, cohesión social, sinergia, paisaje, participación, patrimonio, sostenibilidad. Términos que confunden más de lo que aclaran, que se utilizan con un campo semántico infinito, que valen para todo, para definir una cosa y su contraria. (Ver este proyecto de edificio de 501 m. supuestamente sostenible, "ultra sostenible", "100% sostenible", según su autor). Frente a esa papilla terminológica, e intentando comprender la relación entre medio ambiente y urbanismo más allá de la retórica habitual, me ha parecido de mayor utilidad presentar un discurso personal que una síntesis de informaciones.
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